miércoles, 29 de enero de 2014

Pequeña historia de amor (2)



Me abriga un calor imposible que se vuelca
desde una cinta de oro traida por el ocaso.

Las palabras: inician el vuelo desde los labios
como tiznas de polen,
simiente de nieve que busca germinar en oídos puros.

Tus ojos se cierran y huele a abril, a chopos y madera húmeda.
Las manos se manchan de herrumbre
y buscan tus cabellos mochos con intención de concierto.

El cielo se salpica de estrellas
y los sentidos se concretizan en el chapoteo de los aspersores.


Vuelta a casa.

No hay comentarios:

76

Hoy vuelve a cerrarse un ciclo en mi experiencia vital.   Quizás era algo que, como sucede con viejas amistades perdidas de vista, trabajos...