Ayer por fin volví a
verte.
Vestías de lluvia y
hablabas a voces, con la profundidad del eco que precede a la
tormenta.
Con el sigilo y la pausa
de tu cara de niña buena y el cobrizo destartalado de tus cabellos
de sombra que se pierde en la tarde avanzada, vuelves a mi.
Andabas con prisa, a
horcajadas, somo soñando despierta, y, bajo copos metálicos te
insinuaste entre acordes urbanos. Colmas el consciente hasta llenar
las venas de sensaciones vividas.
Con tu nueva hendidura de
grises y azules escarchas mis ojos y vuelve la belleza a la
mediocridad pasiva. Como coro de lenguas muertas, vuelves a mi.
La estocada tuerce el
cielo y se vierte a chorros la lanza de Apolo, administrando a mano
alzada un toque de Midas sobre el dibujo a lápiz en el que me
encuentro. Y todo cobra luz.
Despiertas mi pupilas, el
corazón henchido y nuevo amor que se acerque a mi puerta. Vuelves a
mi.
Te creí perdida y te fui
infiel en mi vestir diario. El jabón no hizo presas ni los perfumes
vencieron los hedores de herrumbre. Pero supe carecer de ambición y
carisma. Esperaba tu respuesta.
Ahora, por fin, vuelvo a
verte. Y quiero tus manos en mi rostro de nuevo. Quiero tu perfume de
nuevo en mis ropas. Y el deseo inefable de tu suspiro en mis oídos.
Golpe de vida, suerte de
cambio, risa descarada, alma inquieta...
... vuelves a mi.
1 comentario:
Y que siempre vuelva...precioso.
Mil besos
Bego
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